Con la participación de destacados educadores adventistas y la dirección de la Universidad de Montemorelos, dio inicio la primera etapa de integración del Modelo Educativo Adventista en México, marcando un hito en la educación adventista en el país.
Por Galdino Enríquez
Antonio
Del 15 al 25 de enero, se llevó a
cabo en la Universidad de Montemorelos, en Nuevo León, la primera fase de los
trabajos para la integración del Modelo Educativo Adventista en México.
Coordinados por destacados profesionales y con la participación de delegaciones
de educación de las cinco uniones del país, los participantes revisaron los
fundamentos filosóficos y bíblicos que guiarán este proceso, marcando un hito
en la educación adventista en el país.
Divididos en 18 grupos de
trabajo, los participantes se enfocaron en diferentes aspectos del modelo
educativo, incluyendo el currículo, la didáctica, la evaluación y los recursos
didácticos. Además, se analizaron principios relacionados con la
administración, la infraestructura y los recursos financieros de las
instituciones educativas adventistas en México.
La delegación del SEA - UMI,
compuesta por 18 delegados de las 11 Campos Locales que conforman la Unión
Mexicana Interoceánica, desempeñó un papel destacado en estos trabajos,
aportando perspectivas valiosas y experiencias diversas.
El Prof. Héctor López López,
Director General del Colegio Juan Escutia en Comalcalco, Tabasco, compartió su
visión sobre este proceso, destacando su impacto personal y profesional. Para
él, participar en el desarrollo del Modelo Adventista en México ha sido una
experiencia transformadora, al descubrir cómo las enseñanzas bíblicas y
proféticas proporcionan un marco sólido para la educación integral de los
estudiantes.
La culminación de la Primera
Etapa de Integración del Modelo Educativo Adventista en México marca un paso
significativo hacia el fortalecimiento y la mejora continua de la educación
adventista en el país. Con el compromiso y la dedicación de profesionales de la
educación de todo México, se sientan las bases para un futuro prometedor en el
que los valores y principios adventistas guíen el proceso educativo, brindando
a los estudiantes una formación integral que trascienda lo académico.
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