La educación adventista se distingue por su enfoque integral, que abarca el desarrollo físico, mental y espiritual de los estudiantes. Dentro de este marco, los libros de texto juegan un papel crucial, no solo como herramientas de enseñanza, sino como guías que reflejan los principios y valores bíblicos que fundamentan esta educación.
Por Galdino Enríquez
La Biblia: El Libro de Texto Fundamental
En el corazón de la educación adventista se encuentra la Biblia, considerada
el principal libro de texto y la fuente de sabiduría divina. La Biblia no solo
proporciona conocimiento espiritual, sino que también ofrece una comprensión
profunda de la vida y el mundo. Elena G. de White, una de las principales
figuras en la educación adventista, subrayaba la importancia de estudiar las
Escrituras y aplicarlas a la vida diaria, integrando así la fe en todas las áreas
del conocimiento: “Las Sagradas Escrituras son la norma perfecta de la verdad,
y como tales, se les debería dar el primer lugar en la educación.” Ed. p. 16
La Naturaleza y las Vicisitudes de la Vida como Libros de Texto
La educación adventista también valora la naturaleza (segundo libro de texto)
y las experiencias de la vida como "libros de texto" que revelan
aspectos fundamentales de Dios y su creación. Jesús mismo utilizó la naturaleza
en sus enseñanzas, mostrando cómo cada elemento de la creación puede ofrecer
lecciones espirituales valiosas. “Toda la naturaleza se ilumina para aquel que
aprende así a interpretar sus enseñanzas; el mundo es un libro de texto… la
naturaleza presenta una fuente inmejorable de instrucción y deleite.” Ed. p. 90
Asimismo, las vicisitudes de la vida (tercer libro de texto) permiten a los
estudiantes aplicar lo aprendido en situaciones reales, desarrollando así una
comprensión más profunda y significativa del mundo que los rodea. “José
permaneció fiel durante su amarga vida como extranjero y esclavo, en medio de
las escenas y la algarabía del vicio y las seducciones del culto pagano…” Ed.
p. 50
El trabajo útil como formador del carácter
La Biblia
revela que, cuando Dios creó al hombre, lo colocó en el huerto del Edén, para
que lo labrara y lo guardase. Esta asignación a los primeros padres de la
humanidad muestra la importancia del trabajo en la formación y el desarrollo del
carácter en la vida del ser humano.
En los
relatos bíblicos, el trabajo se presenta como un formador del carácter en la
vida de los israelitas. Desde temprana edad, se enseñaba a los hijos de todas
las familias, sin excepciones, un oficio útil. El sabio Salomón aconseja seguir
el ejemplo de la hormiga, un animal laborioso y previsor que provee para el
futuro (Proverbios 6:6-8). Incluso en la vida de Jesús como carpintero, el
trabajo estuvo presente siendo parte de su educación. (Marcos 6:3).
Selección Cuidadosa de los Libros de Texto
Las instituciones adventistas tienen la responsabilidad de elegir
cuidadosamente los libros de texto que se utilizan en las aulas. Estos libros
deben estar alineados con los principios bíblicos, fomentando el pensamiento
crítico y el crecimiento integral de los estudiantes. No se trata solo de
impartir conocimiento académico, sino de formar individuos que reflejen en su vida
diaria los valores éticos y morales enseñados por la Biblia.
Al igual que Jesús estudió las Escrituras desde su niñez, los estudiantes en
las escuelas adventistas deben recibir una educación adaptada a su nivel de
desarrollo. Los docentes tienen la misión de seleccionar y presentar el
material educativo de manera que sea accesible y relevante para cada etapa de
la vida del estudiante, asegurando que cada uno pueda crecer en su comprensión
y aplicación de los principios bíblicos.
De acuerdo con E.G. White, (Ed. p. 70), Jesús “obtuvo su educación
directamente de las fuentes indicadas por el cielo: del trabajo útil, del
estudio de las Escrituras y la naturaleza, y de las vicisitudes de la vida, que
constituyen los libros de texto de Dios, llenos de instrucción para todos los
que lo buscan con manos dispuestas, ojos abiertos y corazón comprensivo.”
En la educación adventista, los libros de texto son mucho más que simples
herramientas de enseñanza; son guías que llevan a los estudiantes hacia una
comprensión más profunda de la vida, la fe y su propósito en el mundo. Al
integrar la Biblia, la naturaleza, y las experiencias de la vida en el
currículo, las instituciones adventistas aseguran que sus estudiantes no solo
adquieran conocimientos académicos, sino también valores y principios que los
preparen para una vida de servicio y dedicación a Dios.
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