Por Galdino Enríquez
Antonio
En su libro, “Un sitio en la cumbre”, el escritor oaxaqueño,
Félix Cortés Antonio, señala que “la mente se desarrolla pensando, no hay otro
camino; aunque técnicamente, leer no es pensar, es fuente óptima de los mejores
pensamientos.”
Considerando esta afirmación, la lectura favorece en gran
manera al desarrollo de los mejores pensamientos, pero no es lo que en primera
instancia necesitamos para pensar más y mejor.
Para que la mente se desarrolle de manera satisfactoria,
necesita de pensamientos. Alguien podría suponer un trabajo filosófico, pero es
más sencillo de lo que creemos. Para poder pensar de manera óptima se requiere
de palabras. Sí, palabras, términos, vocablos, conceptos. Por lo tanto, necesitamos
enriquecer nuestro vocabulario; conocer y usar una multitud de términos
técnicos y comunes.
Los medios de comunicación hacen uso regular de 1,000 a
1,200 palabras en su vocabulario. Es difícil encontrar palabras muy rebuscadas
en los diarios o revistas que llegan al público en general. Es por ello que
existen programas para aprender a hablar algún idioma, con al menos 1,000
palabras de uso común en dicho idioma; así, los aprendices puedan comunicarse
fácilmente.
Leer “Faltarle al respeto a los
libros”, en: http://institutokng.blogspot.mx/2015/08/faltarle-al-respeto-los-libros.html
Sin embargo, el número de palabras que debe usar una persona
normalmente es de 1,500. Se estima que un educando que gradué del nivel básico,
domina al menos este número de términos o conceptos. Y conforme avance en sus
estudios, enriquecerá aún más su vocabulario.
Los profesionistas promedian entre 3,000 y 5,000 palabras en
su léxico. Esta es la razón por la que no entendemos algunos términos usados en
una entrevista con un médico, arquitecto o psicólogo, por ejemplo. Su riqueza
lingüística es distinta a la del público en general.
Leer “Velocidad de lectura: ¿lenta
o rápida?” en: http://institutokng.blogspot.mx/2015/09/velocidad-de-lectura-rapida-o-lenta.html
Los que tienden a especializarse en alguna rama en su área
de estudio, nos sorprenden por sus conocimientos y facilidad para explicarnos
las cosas. Ocurre muchas veces que los catedráticos universitarios nos dejan
boquiabiertos o sencillamente no entendemos lo que exponen en clases. Esto último
podría ser una explicación de los niveles considerables de deserción en los
primeros semestres de la preparatoria o en la universidad. El lenguaje del
alumno es muy distinto al lenguaje del catedrático.
Un renombrado escritor decía que un verdadero amante de las
letras, alcanza a tener un vocabulario de hasta 10,000 términos. ¿Cuántos términos
tienes en tu vocabulario y haces uso cotidiano de ellos? ¿Cuántas palabras
nuevas incluyes cada día a tu vocabulario? ¿Cuándo fue la última vez que leíste
(no como una acción de consulta) el diccionario como si fuera libro más?
Leer “Lecturas con propósito”, en: http://institutokng.blogspot.mx/2015/12/lecturas-con-proposito.html