domingo, 14 de octubre de 2018

Lo fácil que era ser maestro


Cuando era niño, escuché a más de uno decirle a alguno de sus hijos que estudiara “aunque sea para maestro”, porque era un trabajo sencillo, con ingresos seguros y trabajo de medio día. ¡Pero también observé esto!

Por Galdino Enríquez Antonio
KNG, la Revista Educativa

Hasta hace poco, la práctica educativa no tenía mucho de donde cortar. Y durante mis años escolares en el nivel primario, observé prácticas “académicas” que me hicieron pensar que ser un profesional de la educación era una tarea fácil. Así fue mi experiencia escolar y al iniciar mi carrera en la educación pensé que así sería.

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Se ponía a los alumnos a realizar planas y más planes de ejercicios caligráficos. Luego era indicar a los alumnos a copiar textos del libro de lecturas; casi siempre eran lecciones muy extensas, tanto que se consumía la mañana previa al recreo. De esa manera era muy sencillo ser maestro. No había de que preocuparse en preparar grandes clases.

Leer: “¿Es posible la alfabetización científica a temprana edad?”, en: https://institutokng.blogspot.mx/2018/02/es-posible-la-alfabetizacion-cientifica.html

Después llegaba la hora de resolver operaciones aritméticas. Un día eran operaciones de adiciones, otro día eran restas; después multiplicaciones y luego divisiones, sin olvidar los problemas matemáticos, las fracciones y las figuras geométricas. Todos con la misma tónica, ejercicios y más ejercicios que uno tenía que tomar de la pizarra.

Ya fueran cinco, diez, o hasta veinte operaciones por vez… pero también las  operaciones podían ser de una, de dos, de tres y hasta de cuatro cifras en el caso de las multiplicaciones y las divisiones, según el grado y el tiempo que deseaba el maestro que estuvieran ocupados los alumnos. Pero algo interesante eran aquellas operaciones con punto decimal o con ceros en cada cifra…

Leer “¿Qué criterios se deben seguir al dejar tareas escolares?”, en: http://institutokng.blogspot.mx/2018/02/que-criterios-se-deben-seguir-al-dejar.html

En la clase de Historia sólo se contaba la historia oficial. No era una historia reflexiva, ni mucho menos; era aquella misma historia que el maestro escuchó de niño y la repetía a sus alumnos. Luego habría que dictar un cuestionario para que los miembros de la clase respondieran. No había necesidad de líneas del tiempo ni mapas temáticos.

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Eso sí, había que hacer que los alumnos compararan fichas biográficas de personajes históricos en la papelería y hacerlos copiar la reseña biográfica que tenían al reverso dichas estampillas; durante la revisión había que calificar la imagen pegada del personaje. Ocupados en tanto que hacer, no había tiempo para viajes de estudio ni visitas a museos.

Lo que más tiempo llevaba a los alumnos era ponerlos a recortar las monografías temáticas compradas y hacerlos copiar la reseña histórica que aparecía al reverso de las mismas. Dichas monografías eran útiles también en Geografía y en Ciencias Naturales. También se repetían cuestionarios y uno que otro experimento o maqueta.

Durante las clases de Educación Artística era habitual la realización de un dibujo, ya sea de una casa, de una flor, de una escuela o de la Bandera Nacional con el Escudo Nacional calcado del reverso de una moneda. Dibujar un auto o una muñeca era cuestión de gustos de niños y niñas.

Leer “¿Cómo se adquiere la ciudadanía ambiental?”, en:

Para la clase de Educación Física los maestros eran los mismos alumnos, porque ellos elegían si jugaban a la pelota caliente, al bote pateado o a los encantados. En ocasiones los varones jugaban futbol o beisbol. Era emocionante como se pasaba el tiempo así, tanto para el maestro como para el alumno.

De esa manera, ser maestro, era fácil. Pero había algo mejor. De acuerdo a las voces que escuche, era ser profesora del Jardín de Niños. Su horario laboral iniciaba a las nueve de la mañana y duraba sólo tres horas (y sigue siendo aun así en muchos de los casos). Un horario perfecto para una ama de casa que logra prepararle a su familia el desayuno y estaba de vuelta a tiempo en casa para recibirlos por la tarde.

Ser un maestro así, casi cualquiera podía serlo…

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