La adoración es una actividad esencial en el cielo, donde los ángeles se deleitan en la música y el canto como parte de su alabanza al Creador. Sin embargo, cuando el pecado entró en el mundo, la belleza original de la creación fue distorsionada, y junto con ella, nuestra capacidad de alabar y adorar a Dios de manera plena.
La Música: Un Vínculo
con lo Divino
La música, cuando es empleada de manera correcta, tiene un
poder extraordinario para elevar nuestros corazones y mentes hacia Dios. Puede
tocarnos de formas que las palabras nunca lo podrán hacer, llevándonos a
experimentar la presencia de Dios junto con ángeles y seres celestiales que se
gozan en adorarlo. Sin embargo, cuando se permite que el enemigo la utilice, la
música puede ser un medio para sembrar desesperación y suscitar bajas pasiones.
A lo largo de la historia bíblica, la música ha jugado un
papel crucial. Desde los cantos de victoria, como el de Moisés después de
cruzar el Mar Rojo, hasta los himnos de gratitud y alabanza del pueblo de
Israel, la música ha sido un medio para expresar la alegría, la tristeza, y la
enseñanza de las maravillas de Dios. En Éxodo 15:1, se nos cuenta cómo
"entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y
dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; ha echado
en el mar al caballo y al jinete".
El Propósito Redentor
de la Música en la Educación Adventista
En el contexto de la educación adventista, la música no es
simplemente una disciplina académica; es un instrumento divino en la obra de
redención. Elena de White nos recuerda que la música tiene el poder de atraer
los corazones sensibles hacia Dios, creando una conexión profunda con el
Creador y proporcionando grata salud espiritual.
- Acercar a los seres humanos a Dios: La música, utilizada apropiadamente, puede ser un puente entre lo humano y lo divino, ayudando a que los corazones sean más sensibles para escuchar la voz del Señor.
- Experiencia con el Creador: El canto permite que los estudiantes tengan una experiencia personal y transformadora con Dios, algo que va más allá del simple conocimiento académico.
- Salud espiritual: La música tiene el poder de elevar el espíritu, proporcionando sanidad a las almas agobiadas, tristes y desesperadas.
- Grabar verdades espirituales: Mediante el canto, los estudiantes pueden internalizar las verdades de Dios, recordándolas a lo largo de toda su vida.
- Elevar los pensamientos: La música ayuda a orientar los pensamientos hacia la edificación de un carácter noble, que glorifica a Dios en todas las cosas.
- Medio de comunicación con Dios: Al igual que la oración, el canto es un medio por el cual los alumnos pueden expresar sus sentimientos y agradecimientos a Dios,
La enseñanza de la música en el Sistema Educativo Adventista
no es simplemente un contenido añadido al currículo; es una parte integral del
desarrollo espiritual y moral de los estudiantes. A través de la música, los
niños y los jóvenes pueden aprender a alabar a Dios con todo su corazón,
desarrollar una conexión profunda con su Creador y llevar consigo las lecciones
aprendidas a lo largo de toda su vida. Que nuestras escuelas continúen siendo
un lugar donde la música y las artes no solo se enseñen, sino que también se
vivan como una expresión de adoración y agradecimiento al Dios que lo creó todo.