Marcos es un niño de 8 años, con
quien trabajo un par de horas por la tarde, fuera del horario escolar. Cuando realiza
alguna actividad académica, se distrae con suma facilidad. Algún ruido que
escucha desde la calle lo hace buscar el origen del mismo. Un ave que canta en
el árbol del patio de la casa, le llama la atención. Un murmullo que hace otro
niño en la cercanía o lejanía, lo perturba.
Lo que esté haciendo su mamá en
la cocina; lo que hace el compañero en el otro extremo del salón de clases; lo
que el maestro le indica a una compañera de forma individual, lo distrae. Casi
todo lo desvía de lo que está haciendo, ya sea una actividad escolar o una
actividad doméstica. Su maestro de grado y sus papás, no saben ya que hacer con
él.
Leer ¿DIESTRO O ZURDO? – Primera Parte http://institutokng.blogspot.mx/2015/07/diestro-o-zurdo.html
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Cuando nada en derredor suyo le
llama la atención, él llama la atención a otros dejando caer su lápiz al piso,
pidiendo permiso para ir al baño, hace una pregunta con o sin relación con el
tema tratado, comenta con otro compañero lo que hizo o está por hacer. Si
alguien opina de algo, él también quiere emitir su punto de vista.
Mientras trabajo con él por las
tardes, lo observo realizar actividades, lo veo jugar, lo contemplo con la
mirada perdida tratando de encontrar la solución al problema matemático que
tiene frente a él. Lo pongo a leer; lee de manera irregular, pero retiene el
contenido de la lectura. Le gusta platicar sus vivencias. Se interesa por temas
que chicos de su edad ignoran. Tiene una sonrisa amable, noble y sincera. Tiene
sueños e ilusiones.
Lo observo y percibo algo
diferente en él. No es el niño distraído que podrían diagnosticar con déficit de
atención o hiperactivo. No veo un chiquillo con problemas de aprendizaje. Veo un
niño que ha sido etiquetado por el maestro. Veo un infante con deseos de
aprender, que es inteligente y que tiene buena retención. Veo un niño de ocho
años que reclama atención.
Marcos pide a gritos ser atendido
por su maestro. Que sea escuchado por sus padres. Necesita un poco más de
cariño. Quiere que le expliquen hasta que todas sus interrogantes se vean
satisfechas. Sus compañeros no lo entienden porque él es diferente en sus
curiosidades. Él necesita ser abrazado por sus seres queridos, apreciado por
los adultos que significan algo para él.
La semana pasada Marcos llegó con
los ojos llorosos. Me dijo que se cayó en el recreo y se lastimó la espalda. No
dejó que le tocara el hombro porque le dolía. Su mamá vino a buscarlo esa tarde;
no quiso mirarme a los ojos. ¿Alguien golpeo al niño? Le pregunte y no obtuve respuesta
alguna. Marcos no se ha presentado a sus terapias de aprendizaje. No necesita
las terapias. Lo que él necesita es atención, cariño, amor.
Hoy supe que el papá es un
golpeador. Cuando bebe alcohol los maltrata. Castiga físicamente a Marcos y
también a la madre. Platiqué con uno de sus compañeros y me confesó que el
maestro también lo castiga con reglazos, coscorrones y jaladas de oreja.
¿Alguien sabe dónde vive? Porque
se ha cambiado de casa y tampoco ha llegado a la escuela.
Leer ¿DIESTRO O ZURDO? – Segunda Parte http://institutokng.blogspot.mx/2015/07/diestro-o-zurdo-segunda-parte.html
Leer LOS DESACUERDOS FAMILIARES EN LA
EDUCACIÓN DE LOS HIJOS http://institutokng.blogspot.mx/2015/07/los-desacuerdos-familiares-en-la.html
Leer EDUCANDO PARA LA VIDA – 2 http://institutokng.blogspot.mx/2015/06/educando-para-la-vida-2.html
Leer
EDUCANDO APRA LA VIDA – 1 http://institutokng.blogspot.mx/2015/06/educando-para-la-vida-1.html