lunes, 13 de junio de 2016

¿Qué representan las calificaciones en la boleta?

Durante la primera década de este siglo, ha cambiado la concepción que se tenía de las calificaciones que reportan los maestros en la boleta. Las notas que recibieron nuestros padres por el desempeño académico, tenían un significado distinto. Esta nueva concepción está causando varios conflictos internos a maestros y padres que crecieron con la vieja forma de interpretarlos.

Por Galdino Enríquez Antonio

Cuando nuestros padres fueron a la escuela, la calificación que los maestros asentaban en la boleta, en muchos casos, era el resultado de la presentación de un examen oral o escrito. Por lo tanto, cuando un alumno obtenía altas calificaciones, era considerado un estudiante brillante, inteligente; recibía diplomas, becas y era el orgullo de propios y extraños.

Un alumno con bajas calificaciones o notas reprobatorias era merecedor de “las orejas de burro”. Ese estudiante era calificado como poco inteligente y con vagas probabilidades de sobresalir en grados de estudios más avanzados. Este tipo de alumnos normalmente repetía el grado escolar y en más de una ocasión terminaba engrosando las estadísticas de la deserción escolar. Sólo porque no fue capaz de responder, muchas veces, un único instrumento de evaluación.


En la actualidad, la forma de evaluar el desempeño escolar no se limita únicamente a las pruebas escritas u orales. Implica una serie de rasgos de evaluación, como lecturas, investigaciones, proyectos, exposiciones, viajes, ferias, experimentos, demostraciones, etc. Por lo tanto, una nota en la boleta, no significa cuan inteligente es un alumno, sino cuantos de los requisitos planteados por el docente, fueron cumplidos por el estudiante.

Con las notas altas o bajas,  ya no se puede calificar a un alumno como inteligente o “burro”. Ahora, sus calificaciones representan cuan disciplinado, responsable y cumplidor ha sido con los requisitos presentados para la acreditación de una materia. Cumplir con las asignaciones escolares es una decisión personal, alentado en mayor grado por los padres de familia que por terceros.

Leer “La era de la información: ironía de vida”, en: http://institutokng.blogspot.mx/2015/10/la-era-de-la-informacion-una-ironia-de.html

Por lo consiguiente, los maestros deberían considerar la calidad de las asignaciones solicitadas, así como la naturaleza de los requisitos estos trabajos que deben cumplir al ser entregados. No deberían olvidar los docentes, que la revisión consiente que hagan de estas asignaciones, es de suma importancia. Lamentablemente, los alumnos, y muchas veces los padres, entregan las actividades o requisitos de clases para “llenarle el ojo” al docente, sin que el estudiante se sienta comprometido consigo mismo y valorar los aprendizajes que logre a través de las asignaciones.

Es una línea muy delgada la que separa el éxito académico del fracaso escolar; es tan solo una situación de cultura. Buscar una nota aprobatoria sin disfrutar el gusto de aprender, es una situación que debería hacerse frente sin miramientos. Es deber de las instituciones educativas tomar este gran toro cultural por los cuernos y someterlo; que la comunidad escolar acceda a adquirir hábitos autodidactas (aprender a aprender) bajo la tutela de docentes comprometidos a mostrarles el camino…

TALLERES DISPONIBLES:
“Estrategias para trabajar lecturas en el salón de clases”, en: http://institutokng.blogspot.mx/p/talleres.html



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