viernes, 10 de junio de 2016

¿Por dónde se escurre la calidad educativa que tanto buscamos?

Por Galdino Enríquez Antonio

En los últimos años no se ha dejado de hablar sobre calidad educativa en diferentes niveles de gobierno y distintos sectores de la sociedad. Pero en muchos de los casos, se habla más de la mala calidad educativa. Estoy consciente que existen varios factores que influyen para bien, y en numerosas ocasiones, en contra de la calidad educativa. Pero en esta entrega, me gustaría poner a su consideración una rendija por donde se escapa la calidad educativa y que cuando venimos a darnos cuenta, nos hemos quedado con casi nada de ella.

¿Cuál es la rendija por donde se nos está escapando la calidad educativa que tanto añora nuestra sociedad y el país?  La respuesta es simple: la calidad educativa se escapa por la rendija llamada decisión personal. Efectivamente, la calidad educativa tiene mucho que ver con una decisión personal. La decisión de asistir a clases, la decisión de cumplir con las asignaciones, la decisión de  tomar los libros de textos y leerlos, la decisión de tomar apuntes y repasarlos.

El docente podrá estar en el aula de clases, con una planeación excelente, pero si el alumno se niega a participar de las actividades, y peor aún, con su actitud negativa de participar, contagia a otros y simplemente busca distraerlos. El docente podrá preparar sus clases, pero si el alumno carece de los útiles y/o materiales requeridos, difícilmente se dará una educación de calidad.

Es probable que el alumno quiera aprender, pero es un deseo que tiene que venir del corazón. No se puede imponer como se imponía la “letra con sangre”. No se puede forzar a estudiar como si se tratara de obligarlos a trabajar cual esclavos. La calidad educativa requiere de perseverancia y autodisciplina, si se dejan a un lado, el fracaso puede asomarse en la esquina. La calidad educativa no está muchas veces, y con sus reservas, en las escuelas, la calidad educativa está en la decisión que uno tome para su crecimiento y superación personal.

Para muestra de esto, les presentaré algunos ejemplos de oportunidades de preparación que podemos encontrar en nuestro derredor y no cuestan ni un quinto. Lo único que requieren es disciplina, perseverancia, motivación y constancia (esto no se lo puede dar ninguna escuela, usted se lo tiene que regalar a usted mismo), en resumen, de una decisión personal.

Moda en las universidades: De un tiempo a la fecha, las universidades han optado como una modalidad de publicidad, curiosamente ofertando cursos gratis en línea. Con esta estrategia, buscan enganchar a futuros alumnos o motivarlos a tomar otros cursos pero ya con un costo. Me sorprende la cantidad de cursos gratis que uno puede encontrar y que están siendo desaprovechados por profesionistas y estudiantes de diferentes niveles. Universidades prestigiosas como Harvard o Stanford, cuentan con esta modalidad de preparación. 

Leer “Correcciones y adecuaciones a la Reforma Educativa”, en: http://institutokng.blogspot.mx/2016/05/correcciones-y-adecuaciones-la-reforma.html

Centros de capacitación para aprender un oficio: Numerosos cursos se imparten en estos centros de manera gratuita: desde cocina y repostería, hasta computación y música. Los encuentra uno en las bibliotecas públicas del país (México) o espacios asignados por las alcandías.

Becas y más becas: Existen muchas instituciones gubernamentales y no gubernamentales que ofrecen oportunidades de estudios a personas con una situación económica precaria o por méritos académicos. En México, resulta más caro que un alumno esté fuera de las aulas que dentro de ellas, por lo que es preferible becarlos, antes que verlos desertar de sus estudios.

Ser autodidacta no es cosa del pasado: bibliotecas públicas, hemerotecas, salas de lecturas, ofrecen literatura de buena calidad. Navegar en la red permite tener valiosa información sobre cualquier tema. Incluso amigos y familiares podrán facilitarnos buenos libros y revistas.

Estoy seguro que ustedes conocen otras maneras gratuitas de acceder a los estudios. Pero si no se decide a estudiar, por más que se inscriba en las mejores universidades, no logrará nada.
“La universidad no hace a uno, uno hace a la universidad”



Leer “Si las escuelas van al centro, ¿la periferia qué?”, en: http://institutokng.blogspot.mx/2016/05/si-las-escuelas-van-al-centro-la.html


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