Cuando
era niño, escuché a más de uno decirle a alguno de sus hijos que estudiara “aunque sea para maestro”, porque era
un trabajo sencillo, con ingresos seguros y trabajo de medio día. ¡Pero también observé esto!
Por
Galdino Enríquez Antonio
KNG, la
Revista Educativa
Hasta
hace poco, la práctica educativa no
tenía mucho de donde cortar. Y durante mis años escolares en el nivel
primario, observé prácticas “académicas” que me hicieron pensar que ser un
profesional de la educación era una tarea fácil. Así fue mi experiencia escolar
y al iniciar mi carrera en la educación pensé que así sería.
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Se
ponía a los alumnos a realizar planas y más planes de ejercicios caligráficos. Luego
era indicar a los alumnos a copiar textos del libro de lecturas; casi siempre
eran lecciones muy extensas, tanto que se consumía la mañana previa al recreo. De esa manera era muy sencillo ser maestro.
No había de que preocuparse en preparar grandes clases.
Leer:
“¿Es posible la alfabetización científica a temprana edad?”, en: https://institutokng.blogspot.mx/2018/02/es-posible-la-alfabetizacion-cientifica.html
Después
llegaba la hora de resolver operaciones aritméticas. Un día eran operaciones de
adiciones, otro día eran restas; después multiplicaciones y luego divisiones,
sin olvidar los problemas matemáticos, las fracciones y las figuras
geométricas. Todos con la misma tónica,
ejercicios y más ejercicios que uno tenía que tomar de la pizarra.
Ya
fueran cinco, diez, o hasta veinte operaciones por vez… pero también las operaciones podían ser de una, de dos, de tres
y hasta de cuatro cifras en el caso de las multiplicaciones y las divisiones, según el grado y el tiempo que deseaba el
maestro que estuvieran ocupados los alumnos. Pero algo interesante eran
aquellas operaciones con punto decimal o con ceros en cada cifra…
Leer
“¿Qué criterios se deben seguir al dejar tareas escolares?”, en: http://institutokng.blogspot.mx/2018/02/que-criterios-se-deben-seguir-al-dejar.html
En
la clase de Historia sólo se contaba la historia oficial. No era una historia
reflexiva, ni mucho menos; era aquella misma
historia que el maestro escuchó de niño y la repetía a sus alumnos. Luego habría
que dictar un cuestionario para que los miembros de la clase respondieran. No
había necesidad de líneas del tiempo ni mapas temáticos.
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Eso
sí, había que hacer que los alumnos compararan fichas biográficas de personajes
históricos en la papelería y hacerlos copiar la reseña biográfica que tenían al
reverso dichas estampillas; durante la revisión había que calificar la imagen pegada
del personaje. Ocupados en tanto que
hacer, no había tiempo para viajes de estudio ni visitas a museos.
Lo que más tiempo llevaba a
los alumnos era ponerlos a recortar las monografías temáticas compradas y hacerlos copiar la reseña
histórica que aparecía al reverso de las mismas. Dichas monografías eran útiles
también en Geografía y en Ciencias Naturales. También se repetían cuestionarios
y uno que otro experimento o maqueta.
Durante
las clases de Educación Artística era habitual la realización de un dibujo, ya
sea de una casa, de una flor, de una escuela o de la Bandera Nacional con el
Escudo Nacional calcado del reverso de una moneda. Dibujar un auto o una muñeca era cuestión de gustos de niños y niñas.
Leer “¿Cómo se adquiere la ciudadanía
ambiental?”, en:
Para la clase de Educación
Física los maestros eran los mismos alumnos,
porque ellos elegían si jugaban a la pelota caliente, al bote pateado o a los
encantados. En ocasiones los varones jugaban futbol o beisbol. Era emocionante
como se pasaba el tiempo así, tanto para el maestro como para el alumno.
De esa manera, ser maestro,
era fácil. Pero había algo
mejor. De acuerdo a las voces que escuche, era ser profesora del Jardín de
Niños. Su horario laboral iniciaba a las nueve de la mañana y duraba sólo tres
horas (y sigue siendo aun así en muchos de los casos). Un horario perfecto para
una ama de casa que logra prepararle a su familia el desayuno y estaba de
vuelta a tiempo en casa para recibirlos por la tarde.
Ser un maestro así, casi
cualquiera podía serlo…