miércoles, 16 de abril de 2025

¿Qué se enseña en un Colegio Adventista?

Fundamentos filosóficos del Modelo Educativo Adventista

El Modelo Educativo Adventista se caracteriza por promover una educación equilibrada y redentora, cuyo fin va más allá de la simple transmisión de contenidos académicos. Su currículo se basa en fundamentos filosóficos tomados de la Biblia y en los escritos del Espíritu de Profecía, los cuales se centran en el propósito divino de restaurar en el ser humano la imagen de su Creador.

El corazón del currículo está en la Biblia. No constituye una asignatura aislada, es el cimiento de cada materia, de los proyectos y de las experiencias de aprendizaje. La Palabra de Dios se erige como guía, fuente de sabiduría y eje integrador del conocimiento. Al estudiar sistemáticamente las Escrituras, los estudiantes no solo desarrollan habilidades intelectuales, sino que adquieren principios morales y espirituales que transforman su carácter y orientan su vida al servicio y la fidelidad a Dios.

La coherencia de lo que se enseña en un colegio adventista se encuentra enmarcada en el contexto del conflicto cósmico entre el bien y el mal. Cada contenido, cada clase, cada actividad se concibe para ayudar al estudiante a comprender su identidad como hijo de Dios, su responsabilidad en el mundo actual y su esperanza en el regreso de Cristo. El currículo, así, no es una mera recopilación de contenidos, sino una experiencia formativa que guía al estudiante hacia la redención, el servicio abnegado y la comunión con Dios.

El currículo adventista, reconoce a Dios como la fuente de todo conocimiento verdadero, por lo que cada disciplina —desde las ciencias hasta las artes— es abordada desde una cosmovisión bíblica. Se enseña que el mundo natural revela el poder creador de Dios, y que las matemáticas, por ejemplo, pueden utilizarse para comprender la precisión de su diseño. Así, las ciencias, la historia, el lenguaje, la geografía, la tecnología y las artes pueden ser vehículos para comprender su obra y su propósito.

La educación adventista promueve el desarrollo armónico de las facultades físicas, mentales, espirituales y sociales de cada estudiante. Inspirado en el crecimiento de Jesús (Lucas 2:52), el currículo fomenta el equilibrio entre el conocimiento académico y la formación del carácter. Se desarrollan dimensiones clave como la comunicativa, la matemática, la científica, la espiritual, la artística, la física y la social, intrínsecamente conectadas a través de una perspectiva cristocéntrica.

La salud y el estilo de vida saludable revisten una importancia significativa. Los estudiantes aprenden a cuidar su cuerpo como templo del Espíritu Santo. Se promueven hábitos de alimentación sana, el ejercicio físico regular, el descanso adecuado y la temperancia, integrados transversalmente en las asignaturas y prácticas escolares. Se reconoce que un cuerpo saludable favorece las funciones de la mente y a un espíritu dispuesto a seguir la voluntad divina.

La formación del carácter es uno de los objetivos primordiales del currículo. A través del trabajo manual, el servicio abnegado, la reflexión bíblica y la vivencia diaria de principios cristianos, se busca desarrollar en los estudiantes hábitos virtuosos que les permitan enfrentar la vida con integridad, responsabilidad y propósito. En este sentido, el currículo no solo educa para esta vida, sino que prepara al estudiante para la eternidad.

Incluso la tecnología y los medios son enseñados desde una perspectiva ética, responsable y con un enfoque en el servicio. Se procura que el estudiante no solo adquiera competencias técnicas, sino que las utilice con discernimiento, creatividad y en favor del bien común, siempre en consonancia con los principios bíblicos fundamentales.

Los elementos curriculares en la educación adventista distan de ser aleatorios o meramente pragmáticos. Cada asignatura, contenido y experiencia están diseñados para responder a un propósito superior: educar para la eternidad, restaurar la imagen de Dios en el ser humano y preparar hombres y mujeres útiles para esta vida y para la venidera. Esa es la esencia del “qué” se enseña en un colegio adventista.

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