Por Galdino Enríquez
Antonio
De acuerdo con el relato bíblico, los hijos de Israel fueron
esclavos en Egipto. En un momento dado, clamaron a Yahvé por la liberación de
aquella servidumbre. Yahvé les respondió con el nacimiento de un bebé. Ese
bebé, llamado Moisés, libró al pueblo de esa condición 80 años después del
clamor que hicieron a su Dios. En la actualidad los cambios en la historia de
los países pueden darse en meses, incluso en días, como ha ocurrido con la
primavera árabe o en los procesos electorales de los países llamados
democráticos.
Cristóbal
Colón inicio su aventura hacia lo desconocido un 06 de septiembre de 1492,
desde la isla de La Gomera, en el Archipiélago de las Canarias. Ni él ni sus
acompañantes vieron algún vestigio de tierra hasta el 12 de octubre de aquel
año histórico. Tuvo que pasar un poco más de un meses para que ello ocurriera.
No se tuvo noticia de las tres carabelas en Europa hasta siete meses después. Hoy,
se puede tomar el desayuno en América, comer en Europa y dormir en Asia. Todo
en un mismo día; además reportarse en tiempo real a cualquier parte del mundo
con conexión a internet.
Leer “La era de la
información: ironía de vida”, en: http://institutokng.blogspot.mx/2015/10/la-era-de-la-informacion-una-ironia-de.html
A
finales del siglo pasado, era común el uso del correo postal para comunicarse
con familiares y amigos. Poco tiempo después, el teléfono acortó las distancias
y los tiempos, pero era un servicio con un costo elevado para muchas personas.
En la actualidad, la mensajería instantánea a través de las redes sociales y
las aplicaciones en los teléfonos celulares, permiten tener comunicación en tiempo
real con personas que viven en lugares distantes. Los tiempos para compartir
noticias e información se han acortado enormemente.
Los días en
que se viajaba en carretas tirados por animales de carga o en ferrocarril,
están en el recuerdo nostálgico de los adultos. El tren bala, los jets
supersónicos, los vehículos que se mueven en supercarreteras, acortan tiempos y
distancias. Pareciera que vivimos más a prisa, como que la vida se nos va más
rápido. Sin embargo, hay cosas que no cambian, pero que olvidamos con
frecuencia, por ejemplo:
Leer “La importancia del trabajo útil”, en: http://institutokng.blogspot.mx/2015/10/la-importancia-del-trabajo-util.html
El periodo de gestación del ser humano no ha sufrido
cambios. Los días y los años siguen teniendo la misma duración. La levadura y
el cuajo necesitan su tiempo para actuar en la harina y en la leche. Las horas
que necesita el cuerpo humano para descansar siguen sin alteración alguna. El
agua sigue siendo el líquido vital para la vida.
¿Por qué entonces los niños quieren ser grandes y los
adolescentes adultos? ¿Por qué hay premura por acelerar las cosas?
Queremos comida rápida, servicio exprés en la lavandería,
mensajería instantánea, justicia pronta y expedita, descargas rápidas de la red;
¿querremos acaso matrimonios que duren poco tiempo? ¿Hijos que crezcan pronto y
dejen el nido del hogar vacío? O ¿Qué digamos adiós a todos aquellos momentos que
nos hacen felices?
Leer “Velocidad de
lectura: ¿lenta o rápida?” en: http://institutokng.blogspot.mx/2015/09/velocidad-de-lectura-rapida-o-lenta.html
El autor es docente
en el COCIFE y catedrático en GEUM