Por
Galdino Enríquez Antonio
El
docente debe considerar siempre que su
lenguaje sea sencillo y claro, pero también preciso y al punto. Además, hará uso de ilustraciones (historias,
relatos) y analogías. No solo con sus alumnos más pequeños, también entre los
jóvenes es necesario tener presente este principio.
Los
contenidos académicos serán tratados bajo la siguiente premisa: ir de lo simple a lo completo, de lo
conocido a lo desconocido; y cuando se tenga que trabajar con asuntos
desconocidos por los estudiantes, el profesor deberá enseñarlo con las cosas
que el alumno tenga familiaridad.
Leer “Preguntas que generan diálogo entre padres e
hijos”, en:
El
profesor no debe olvidar que de poquito
en poquito, se logra mucho y que después de presentar a sus educandos los
conceptos abstractos, incluirá la parte práctica o de uso de los tópicos
estudiados. El poder de la aplicación,
es una de las claves del éxito académico.
Además,
la distribución del tiempo entre las materias debe ser equitativa. Sobrecargar el trabajo en algunas cuantas
materias es inapropiado. El alumno debe desarrollar todas sus habilidades y
facultades, por lo tanto, aplicarse solo en algunas materias favorece muy poco
a este propósito.
Leer
“¿Cuáles son las tareas esenciales de las escuelas?”, en: http://institutokng.blogspot.mx/2016/01/cuales-son-las-tareas-esenciales-de-las.html
El
profesor que hace uso de diversos materiales, que aplica distintos métodos, que
es creativo, que tiende a despertar el interés del alumno por investigar y que enseña por precepto y ejemplo, logrará
mucho más que el docente que es monótono y mecánico en sus procesos educativos.
Si
alguien piensa ser escritor, no debería dejar de leer este libro:
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