jueves, 17 de septiembre de 2015

Velocidad de lectura: ¿rápida o lenta?

Por: Galdino Enríquez Antonio

En el Manual de procedimientos para el fomento y la valoración de la competencia lectora en el aula, la Secretaría de Educación Pública en México, establece los niveles de logro para velocidad lectora: Palabras Leídas por Minuto, en alumnos de educación básica.[1] En dicho manual, establece como el ideal de velocidad de lectura en voz alta, entre 155-160 palabras por minuto, una vez que el alumno concluya la escuela secundaria.
De acuerdo con Eduardo Rho (2004), la UNESCO ha establecido un número mínimo de libros que una persona debe leer al año, para obtener un desarrollo óptimo de sus facultades intelectuales. Este número de libro no debe ser menor a cuatro libros anuales. Un libro se considera como tal cuando tiene al menos 49 páginas, sin considerar la cubierta.
Hoy en día, existen innumerables programas de lectura rápida. Programas que prometen hacer que sus participantes alcancen 10 veces más la cantidad de lectura y sobre todo ¡qué comprenderán lo que leen! Estos programas proliferan en el internet; tienen a la venta libros, manuales y folletos “milagrosos”; sus oficinas y cubículos los encuentras en centros comerciales y espacios exclusivos. Con frecuencia inundan de publicidad los alrededores de las escuelas y acosan con frecuencias instituciones educativas para que se les permita ingresar a promocionar sus servicios.
En mi experiencia, cada vez que pongo en práctica el hábito de la lectura, descubro que puedo alcanzar grandes cantidades de palabras leídas por minuto o numerosas páginas en un buen rato de lectura. A veces, el tipo de texto permite que la velocidad de lectura sea la ideal. En ocasiones, al leer ciencia o filosofía, me veo disminuido en los avances de la lectura. Existen textos que por sus características y los gustos personales, en un par de horas son leídos y comprendidas de manera excelente.

Leer FALTARLE AL RESPETO A LOS LIBROS http://institutokng.blogspot.mx/2015/08/faltarle-al-respeto-los-libros.html

Desarrollar el hábito de la lectura ha hecho que cada vez más, comprenda lo que lea. Promover la lectura es importante. Hacerlo a borbotones no es la mejor de las estrategias. Yo prefiero la lectura a cucharadas, como se disfruta la sopa en una tarde lluviosa; mejor aún, una lectura a sorbos, como se toma el café en una noche de invierno.
A veces es mucho mejor una lectura de poquito en poquito, releyendo los párrafos o capítulos llenos de emoción. Haciendo anotaciones y estableciendo relaciones con experiencias vividas o leídas. Buscando definiciones de palabras desconocidas para enriquecer el vocabulario. Leyendo varios libros sobre el mismo tema o comparando las versiones de la misma obra.
No necesito llenarme de un montón de palabras, necesito que de lo poco que llene mi alma, sea de calidad, y no solo de cantidad.
¿Cómo disfrutas tus lecturas?



[1] SEP. Manual de procedimientos para el fomento y la valoración de la competencia lectora en el aula Recuperado 24/agosto/2015 Dirección: http://www.leer.sep.gob.mx/pdf/manual_fomento.pdf. Pág. 11
Rho, Eduardo (2004). Lectura Rápida y Efectiva: Técnicas y Ejercicios para Desarrollarla en 7 Días.              Alfaomega Grupo Editor. México, D. F.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Experiencias de Vida que Educan

Por: Galdino Enríquez Antonio

Las experiencias de vida no son más que aquellas situaciones que han vivido las personas y que marcan su existencia, otorgan lecciones o martillan constantemente sus recuerdos.
Estas experiencias son producto de algún accidente, unas estupendas vacaciones, un consejo en el momento oportuno, una historia escuchada, una frustración o peor aún, productos de un chasco o fracaso en los negocios o en el amor.
Pero cuando hablamos de experiencias de vida en materia educativa, es un conjunto de experiencias que permitirán al alumno tener una vivencia que le dará el privilegio de enfrentar el futuro con seguridad y denuedo.
En los últimos años se ha discutido sobre el papel de la escuela, puesto que en muchos sentidos ha alejado al alumno de la realidad. Actualmente se habla de llevar la realidad de vida al aula de clases, para que cuando el niño salga de la escuela, no se tope con una realidad desconocida.
Leer  ¿Qué hacer si mi hijo tiene problemas de aprendizaje? http://institutokng.blogspot.mx/2015/08/que-hacer-si-mi-hijo-tiene-problemas-de.html

Esta tarea no le corresponde únicamente a los docentes. En la escuela se sigue teniendo una educación muchas veces teórica. No hay muchas vivencias que le permitan tener experiencias de vida propiamente. Pero los padres si lo pueden lograr con mayor precisión.

Enseñarles a los hijos a lidiar con el cuchillo, el fuego o la electricidad. Tener vacaciones con aventuras reales, como escalar una montaña, realizar actividades de senderismo y campismo. Que aprenda a usar las herramientas de limpieza, en la escuela ya no se promueve el que haya un rol de aseo del salón: “¡Mi hijo no viene a la escuela para hacer la limpieza, viene para estudiar!
Que sepa cambiar un foco o que pueda calentar, al menos, una tortilla, podría significar muchas veces la diferencia entre uno y otro niño. Que no tema usar el cloro, que tenga claro qué hacer en caso de accidentes, es fundamental en ciertos momentos. Que pueda cruzar la calle, que sepa dónde ir cuando se desubique. Que sepa andar en microbús o en el metro.
Conducir un auto. Freír un huevo. Preparar las verduras para la ensalada. Saber enfrentar un animal ponzoñoso. Conocer los lugares de peligro cuando llueve. Que sepa qué hacer cuando se va la luz, que no le tema a la oscuridad. Que sea intrépido, pero que sepa ponerle límite a las curiosidades llenas de peligro.
Que sepa pelar un cable y crear un puente a falta de un fusible en tanto que se consiga otro. Que sepa usar utensilios de cocina. Son experiencias que le salvaran la vida, incluso le permitirán disfrutar su paso por ella.

Leer  Cómo ayudo a mi hijo a superar las dificultades de aprendizaje

Los niños cuyos padres se preocupan por las experiencias de sus hijos saben esquiar, saben pasar hambre, saben negociar, saben trabajar, saben cómo ganarse unos pesos. No les da miedo perderse o pasar frio. Están curtidos por las vicisitudes de la vida. No temen perder su trabajo. Saben que sus cualidades le abrirán puertas. No temen hablarle a quien sea con tal de lograr sus propósitos, saben tocar puertas. Saben vender, saben comprar, saben cuándo compartir y saben cuándo recibir favores.
Pero finalmente lo que el padre decida para su hijo, lo volverá útil en la vida. A veces se vuelve necesario que los hijos pasen frío o sufran hambre, por lo menos metafóricamente, para que aprendan a encarar la vida. Las experiencias de vida le dan al alumno estrategias que le serán útiles en su existencia.
Los niños que crecen en un mercado, tienen experiencias de vida diferentes a las de un niño que vive en el campo; pero si mantenemos encerrados a nuestros hijos en el cascarón de huevo de la protección familiar, lo estaremos creando indefenso ante la vida.
¿Cuáles son las experiencias de vida que les hemos regalado a nuestros hijos?

jueves, 3 de septiembre de 2015

Cómo ayudo a mi hijo a superar las dificultades de aprendizaje


Por Joaquín Campos Galindo

En los últimos años ha crecido el número de casos de niños con problemas de aprendizaje. Cada año, los maestros encuentran serias dificultades para hacer frente los casos que se presentan en su salón de clases. Lamentablemente, no todas las escuelas cuentan con el personal capacitado para dar atención a las situaciones particulares que se registran.
Considerando las condiciones económicas que nos toca vivir, muchos padres invierten su tiempo en conservar un empleo o impulsar el patrimonio familiar a través de una pequeña empresa. Ese tiempo invertido en pos de los dictados de la economía de mercado, se le resta a la atención que requieren los niños de hoy en día.
Un niño con capacidades sobresalientes no representan ninguna dificultad para los padres; un niño con estas características, destaca por si solo en cada uno de los cursos a los que son inscritos. Pero uno o dos, no son la mayoría. Los niños con dificultades de aprendizajes se multiplican cada vez más por el aumento de los factores que impactan en la educación de estos pequeños.

Leer  Cómo ayudo a mi hijo a superar las dificultades de aprendizaje



Existen niños que cuando se levantan por la mañana, al menos uno de los padres ya se fue a buscar el sustento. Ese mismo niño tiene la desdicha que cuando alguno de los padres regresa del trabajo, él ya se encuentra dormido. Este hecho, que parece normal en la etapa económica que nos envuelve, acarrea en el niño, luego adolescente, un desequilibrio que él mismo buscara cómo sobrellevar. Esa búsqueda lo lleva a encontrarse con amigos distantes en la red, amiguitos que frecuenta en el ambiente escolar o hasta refugiarse en una que otra sustancia nociva. Cabe destacar que existen excepciones a la regla.
Esto es solo el principio. Si consideramos que un alumno presenta algún grado del Trastorno de Déficit de Atención (TDA), por falta de atención, propiamente, de parte de los miembros de la familia, la bola de nieve empieza a tomar dimensiones poco prometedoras para el futuro. Pero si a la desatención familiar se enfrenta con un caso de Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), la multiplicación de dificultades de aprendizaje es aún más notorio.
Cuando estas dificultades de aprendizaje (TDA y TDAH), se ven acompañados de dislexia, dislalia o discalculia, el avance escolar se ve seriamente frenado. Si consideramos además de esto, las afectaciones emocionales o psicológicas en los menores, aparecen otros problemas de aprendizaje severos. Muchos niños son más inteligentes de lo que parecen, pero un trauma, por muy pequeño que parezca, bloquea al menor y no existe una fórmula única para hacerlo avanzar en sus objetivos académicos. Los miedos, las fobias, los prejuicios, pocas veces detectables por los padres, generan dolor y sufrimiento en los chicos.


Muchas de las afectaciones que pueda tener un alumno y que frene su aprovechamiento académico, pueden ser superadas con acciones que los padres realicen desde casa. Como decirles que se les quiere o que se les ama, llenarlos de abrazos y besos, acostarlos por la noche. Platicar sobre sus necesidades personales, transmitirles confianza, seguridad, etc.
Asistir a reuniones escolares, platicar con los maestros y seguir las indicaciones de estos, es el principio de querer ayudar a nuestros hijos. Proveerles de materiales académicos, aclarar sus dudas y revisarles la tarea, le dice a los niños mucho de su interés por ellos. Motivarlos, animarlos, echarles porra, también se vale. Si después de hacer todo esto, su hijo presenta problemas de aprendizaje, busque ayuda profesional. Comience con los docentes que conviven con su hijo en la escuela, posteriormente con especialistas: pediatras, psicólogos, psicopedagogos, incluso puede darse el caso de tener que consultar a neurólogos.

viernes, 28 de agosto de 2015

¿Qué hacer si mi hijo tiene problemas de aprendizaje?

Por Joaquín Campos Galindo

Existen muchos factores que propician que un niño o niña tenga problemas de aprendizaje. Por lo tanto, no existe una o dos estrategias que faciliten superar estas dificultades académicas. En esta entrega les sugerimos algunas acciones que le ayudarán a comprender más a su hijo antes de considerarlo “un bueno para nada”.
En primer lugar, debe conocer a su hijo. Muchas veces el amor de padres nos impide ver ciertas realidades de nuestros hijos. Deberá recurrir a las personas que conviven con frecuencia con él o ella. Académicamente lo hacen los maestros de clases y compañeros de estudio. Pero también lo conocen los primos y amigos del vecindario. Los tíos y abuelos del niño lo llegan a ver también desde otra perspectiva.
En segundo lugar deberá acercarse a su hijo. Platicar con él. Muchos niños se quejan porque sus padres no están al tanto con ellos. Se sienten poco escuchados, desplazados y que no se interesan en ellos como persona. A veces estas situaciones paternales aminoran el rendimiento académico de los hijos. Darles esa atención antes que lo hagan los amigos o se refugien en algún mal hábito, es apenas el principio de muchos cambios en ellos.
 Las emociones cuentan mucho al momento de hacer las actividades académicas. Por ello, mantener un clima hogareño óptimo, es fantástico para los hijos. Las dificultades entre los esposos opacan mucho el rendimiento académico. Si el divorcio se llega a dar, los más lastimados son los hijos en más de una ocasión.
El ritmo de la vida actual, regido por la economía de mercado, motiva a los padres a atender las necesidades materiales del hogar, castigando en repetidas ocasiones las necesidades espirituales, psicológicas y emocionales de los pequeños. Muchos de los esfuerzos económicos que hacemos en favor de los hijos, muchas veces no lo comprenden como normalmente lo haría un adulto. Por eso es importante hacer planes para pasar tiempo de calidad con ellos.
Leer FALTARLE AL RESPETO A LOS LIBROS http://institutokng.blogspot.mx/2015/08/faltarle-al-respeto-los-libros.html 
Si después de convertir al hogar en un “pedacito de cielo”, se presentan dificultades de aprendizaje, los padres deberían ser los primeros interesados en documentarse con literatura especializada y conocer a cabalidad la causa neurológica, psicológica o emocional de las dificultades de aprendizaje. El padre siempre será padre igual que la madre lo será siempre. Los maestros son auxiliares pasajeros en la preparación académica de nuestros pimpollos.
Si después de todo esto, no hay mejoras significativas en el desempeño académico de los hijos, será importante realizar una consulta a un experto en la materia, que bien podría ser un psicólogo, un psicopedagogo o un pedagogo. Ellos podrán valorar a su pequeño y establecerán estrategias a seguir, junto con los padres y maestros del pequeño. De no ser así, deberán ser honestos y canalizar los casos que lo requieran a pediatras especializados o neurólogos, que sería en el último de los casos. 
Leer TRES ESTRATEGIAS PARA TRABAJAR CON NIÑOS QUE PRESENTAN RETRAZO MENTAL http://institutokng.blogspot.mx/2015/08/tres-estrategias-para-trabajar-con.html

martes, 25 de agosto de 2015

Tres estrategias para trabajar con niños que presentan retraso mental

Por Joaquín Campos Galindo

Padecer retraso mental, no impide que los niños tengan logros académicos, a pesar de los inconvenientes que ello represente. Muchos de estos niños aprenden a leer; eso es fabuloso. Por lo tanto, es importante que los padres, así como los maestros, no caigan en la desesperación. Cuantiosos niños con esta dificultad, siguen aprendiendo a lo largo de la vida, aunque aparenten lo contrario.
En las terapias de aprendizaje que desarrollo con un grupo multigrado de alumnos de primaria, atiendo entre ellos a un estudiante con retraso mental. Mis lecturas sobre el tema y mis observaciones en el trabajo que realizo con mi alumno, me han permitido establecer algunas estrategias de trabajo con niños con retraso mental leve, incluso moderado.

Primero: Generar un sinfín de experiencias de vida y académicas en derredor del menor. Estas experiencias incluyen viajes largos y cortos, dentro y fuera de la entidad donde viven. Caminatas en medio de la naturaleza: bosques, montañas, a las orillas de lagos o en la playa; recolectando flores, piedras, conchas; tomando fotografías o grabando vídeos para retroalimentar la salida al campo. Visitar museos, galerías, bibliotecas, ludotecas y talleres. Asistir a eventos culturales y deportivos. Estas experiencias, ya sea tarde o temprano los recordará.
Segundo: Impulsar en ellos el trabajo manual. Especialmente aquellos trabajos que tienen que ver con los quehaceres hogareños: como las tareas de la cocina, tanto en el aseo como en la preparación de alimentos; la limpieza de la casa y del patio; que aprendan sobre el orden que debe tener la ropa en el armario y los juguetes en sus espacios respectivos; lustrar los zapatos y colocarlos en su lugar. Hay tantas cosas que hacer en el hogar, que usted le pone límites a las necesidades que tenga en su hogar.
Además de las actividades propias de la economía doméstica, están las manualidades de tejido, bordado, pintura y reciclaje. Incluso el cuidado del jardín o cuidar de un huerto en casa, son tareas que fortalecerán las experiencias del menor. Existen dependencias gubernamentales y privadas que ofrecen talleres de diversa índole. Según la edad y las características del menor, se puede elegir uno de esos talleres, considerando al que no pueda poner en peligro la integridad del niño o niña. No es solo mantenerlos ocupados, es importante que aprendan un oficio, que si ello fuera necesario, bien podrían generar algunos ingresos personales.
Leer ¿DIESTRO O ZURDO? – Primera Parte http://institutokng.blogspot.mx/2015/07/diestro-o-zurdo.html
Tercero: Realizar lecturas. Todos los tipos de lecturas son bienvenidos. Cuentos, leyendas, fábulas, novelas, poesía, etc. Leerá poco, pero deberá hacerse con frecuencia. Generará en ellos un recuerdo que no olvidarán, en un momento dado recordarán lo que ha leído y reforzarán sus habilidades neurológicas. Las lecturas sobre la naturaleza (flora y fauna, terrestre y marina), las biografías de personalidades, relatos de lugares cercanos y distantes, historia regional y nacional, crearán un abanico de experiencias en el menor. Cada lectura, ya sea académica o recreativa, fortalecerá las conexiones sinápticas en el cerebro del pequeño.
La constancia y la perseverancia darán sus frutos en poco tiempo. Pero hacer de estas estrategias un hábito, los resultados serán permanentes.

sábado, 15 de agosto de 2015

FALTARLE AL RESPETO A LOS LIBROS

Por: Joaquín Campos Galindo

Recuerdo una bella colección de libros de historias que mi madre compró con muchos sacrificios. Mis hermanas y yo disfrutamos cada una de las historias de esa colección. Cada vez que ponía en nuestras manos un nuevo tomo, lo dedicaba a alguno de nosotros. Pero antes de entregar el tomo en nuestras manos, revisaba que la limpieza en esas manos. Debían estar impecables. “Los libros son para cuidarlos – nos decía. Nada de rayones, ni manchas de mugre.”
Trabajo Terapia de Aprendizaje con un niño cuyo maestro le impide subrayar los libros de textos, mucho menos hacer anotaciones en ellos. Cuando el niño tiene que presentar un resumen sobre algún capítulo de sus libros, el niño sufre porque me atrevo a pedirle que subraye las partes que debe considerar para su resumen.
Las veces que he tenido que devolver los libros prestados de la biblioteca, el responsable de la misma, revisa con mucho cuidado que no presente algún daño, mancha o tachadura sobre el libro. Nunca tuve que reponer libro alguno ni pagar alguna multa por ese concepto. Pero en más de una ocasión recibí alguna llamada de atención: “Los libros no son para hacer anotaciones en ellos”.
Cuando logro que alguien me preste un libro, tengo el cuidado de devolvérselo en buenas condiciones y sus ralladuras. Sin embargo, en más de una ocasión me atreví a subrayar algún párrafo o frase interesante de la obra. Muchos se molestaron.

Leer LOS DESACUERDOS FAMILIARES EN LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS http://institutokng.blogspot.mx/2015/07/los-desacuerdos-familiares-en-la.html

Me he cansado de darle un trato religioso a los libros. Mis experiencias del pasado, me han atado de mano para respetarlos. Ahora que puedo tener mis propios libros, los he conservado de la mejor manera, pero ya no puedo más. He decidido faltarles al respeto. Mis maestros, los bibliotecarios, mi madre, me han inculcado una reverencia a los libros. Les pido perdón a los románticos y conservadores, pero he decidido romper con esa tradición que me tiene apresado.
He decidido hacer anotaciones en los libros. Subrayar las ideas fantásticas que encuentre en ellos. Escribiré en un costado definiciones de las palabras que desconozco sus significados. Cuando encuentre alguna relación del contenido del libro, con otras lecturas o experiencias de vida, los anotaré. En los espacios que encuentre, trazaré esquemas visuales que me permitan representar el contenido de cada capítulo. Es más, voy a deshojar los libros y les anexaré hojas blancas si considero que necesito más espacios para mis anotaciones.

Leer NO LES HAGA LA TAREA http://institutokng.blogspot.mx/2015/01/no-les-haga-la-tarea.html
Leer DÉFICIT DE ATENCIÓN O DESATENCIÓN http://institutokng.blogspot.mx/2015/05/desatencion-o-deficit-de-atencion.html

Los libros son para ser estudiados, analizados, comprendidos, pero si les guardo respeto, nunca terminaré de beber sus hermosas enseñanzas. Considero que aprovecho aún más el contenido de los libros si les falto así, al respeto. No creo que ofenda a alguien. Invito a todos a faltarle al respeto a los libros si el propósito es asimilar mejor sus enseñanzas. 

jueves, 9 de julio de 2015

¿DIESTRO O ZURDO? - Segunda Parte

Por Joaquín Campos Galindo

Leer ¿DIESTRO O ZURDO? – Primera Parte http://institutokng.blogspot.mx/2015/07/diestro-o-zurdo.html
continuación ...

Llegó el periodo de exámenes del tercer bimestre durante la siguiente semana y los resultados fueron desalentadores. Me dirigí a su casa una tarde fría de marzo. Me recibió su padre, quien era maestro rural, en una escuela bilingüe tzotzil. Le informé la situación académica de su hijo y le notifique la inevitable reprobación de José Abel.
-          Como padre no me gustaría que eso sucediera. Aunque sé lo que implica enviarlo a la secundaria con sus empobrecidas habilidades académicas – fue la respuesta del padre.
Traté de refutar su decisión como padre y docente que él era.
-          No me niegue ese derecho que tengo, es mi hijo y correré el riesgo – me dijo.
-          He observado algo en su hijo y espero que usted me ayude a entenderlo – le expuse.
Con suma atención me permitió hablar sobre la situación.
-          Su hijo escribe con la mano derecha, pero he visto que las demás actividades las realiza como si fuera un niño con las habilidades de un zurdo. Lo puse a lanzar piedras y lo hizo con la mano izquierda. Cuando juega basquetbol lo hace como un zurdo. Mi abuelo es ambidiestro, entiendo de lo que se trata. En el caso de su hijo, ¿esto es así?
-          No – fue la respuesta. Mi hijo es un zurdo y no quise que se burlaran de él por ser así. Por lo tanto, cuando comenzó a ir a la escuela y a tomar el lápiz, yo le amarraba la mano izquierda y le obligué a tomar el lápiz con la mano derecha; por eso escribe con esa mano.
Me quedé mudo por un momento, no sabía que decir. Yo crecí en un lugar donde a los zurdos se les tiene en mucha estima por sus habilidades en los deportes. Tengo un tío zurdo, un primo zurdo, mi vecino es zurdo. Cuando contrataban juradores fuereños de béisbol para el equipo del lugar, contrabatan a un pícher zurdo, a un jardinero zurdo. Me contuve mucho, pero quería preguntarle a gritos al papá por que hizo eso, siendo que también él era docente, como le haría eso a su propio hijo.
Ahora entendía todo. Los hemisferios cerebrales el niño tenían serios conflictos. El niño había desarrollado complejos que no eran para él. Salí de aquella casa con muchas incógnitas, muchas más dudas que con las que llegué. Me presenté en aquel hogar para informarle la familia que su hijo repetiría el grado. Ahora me iba después de haber discutido con el padre. Le pregunté a cuantos de sus hijos les hizo lo mismo. A cuántos de sus alumnos le había amarrado la mano izquierda por ser zurdo. Me enojé tanto por lo que hizo que el padre se apenó.
-          Lo sé profesor, me dijo, pero el daño ya está hecho, por eso le pido que lo apruebe. Le doy mi palabra, que hare lo que esté a mi alcance para recuperar parte de lo que se ha perdido.
Mis estrategias cambiaron. Le busqué un pupitre para zurdos, aunque con frecuencia volvía a su antigua silla. Le puse ejercicios de caligrafía, pero le pedía que lo hiciera con la mano izquierda. Le enseñe a escribir con esa mano. Poco a poco tomó confianza y mejoró su letra, a diferencia de cómo lo hacía con la mano derecha. Comenzó a realizar mejores cuentas y a entender un poco lo que leía. El padre preguntaba por él con más frecuencia y yo indagaba si lo golpeaba, puesto que el niño cambió su disposición y actitud en clases. Ya no fue más un niño retraído o cohibido.
Cuando visité su hogar, cuando alguien hablaba con otro miembro de la familia, se decían o pedían cualquier cosa en tzotzil. La madre se mostró sometida y el padre controlador. Los niños escondidos tras la puerta, escuchaban con temor la charla con el papá. Pero ahora veía que el ánimo de José Abel era diferente. Él fue una víctima de las creencias de muchas personas. Que el ser zurdo es una maldición. Que es cosa del demonio. Si supieran que hemos creado un mundo al revés para ellos.

Si tiene un hijo(a) zurdo(a), no lo satanice. Un hijo zurdo es una bendición. Busque orientación, que le permita a usted favorecer su desarrollo y no estropeárselo. Platique con él sobre cómo le gustaría que se coloquen los muebles en su habitación o los cubiertos en la mesa. La orientación de la iluminación en los espacios de estudio, es diferente al de un niño derecho. El mouse del computador deberá activarlo distinto. Hay tantas cosas que hacer con un hijo zurdo, pero lo que no debe faltar, es su amor por él.

¿DIESTRO O ZURDO? - Primera Parte

Por Joaquín Campos Galindo

Su español tenía un acento diferente y con una pronunciación deficiente. El volumen de su voz contaba con pocos decibeles. Tenía que acercarme a él con frecuencia para poder oírle. También debía pedirle que repitiera lo que deseaba comunicar. A veces mezclaba palabras de su lengua madre con el español que hablaba. Es más, prefería guardar silencio cuando no podía articular las palabras correctas en español.
Llegó a ser alumno de mi clase de quinto grado a medio ciclo escolar, tras la renuncia repentina de la maestra de grupo. Mi clase se volvió un grupo binario, por atender cuarto y quinto grados al mismo tiempo, en la misma aula. No fue mi prioridad aquel niño de mirada taciturna. Estaba preocupado en encontrar las estrategias que me permitieran trabajar con ambos grupos en el mismo espacio.
La situación académica de este alumno, era preocupante. No reunía las características escolares mínimas para cursar el sexto grado. Si estuviera en mis manos decidir respecto a su promoción o no de grado, considero que si lo reprobaría. Sin embargo, las notas que registró la maestra que tuvo en la primera parte del ciclo escolar, no harían posible la repetición de grado.
Para sorpresa mía, el siguiente año escolar tuve la responsabilidad de atender a los alumnos del sexto grado. Me vi frente a él, y pensé en el trabajoso año que pasaría con él. Decidí hacerlo leer. Que leyera en silencio; que leyera en voz alta. Elaboré una serie de preguntas que respondería tras hacer sus lecturas. Mejoró muy poco, casi nada, en los rubros que deseaba que marcara diferencia en lo que le propuse.
No logré hacer que comprendiera los textos más sencillos que encontré. En mi desesperación por los pocos avances, lo puse a copiar lecturas. Textos cortos y largos; casi siempre se llevaba toda la mañana sin avances significativos. ¡Qué decir de su caligrafía! Era pésima. No lograba, por más esfuerzo que yo hacía, descifrar sus garabatos. Lo puse a realizar ejercicios caligráficos. Trate en vano de hacerle memorizar un poema. Intenté que algunos de sus compañeros le ayudaran, nada pudieron hacer. Busqué la manera que contara frente a la clase sus vivencias durante las vacaciones. No pronunció palabra alguna.
Se me acabaron las estrategias. Mi corta experiencia como docente me ató para llevar el caso ante otros compañeros, ante la dirección o compañeros de estudios. A veces los maestros nos enfrascamos en nuestras ideas, creencias y estrategias, cuando hay un mundo en derredor nuestro dispuesto a compartirnos sus herramientas. Este error de la novatez, el de suponer que nadie nos tenderá la mano o prejuiciarse con el qué dirán, se paga muy caro muchas veces.
Una mañana de invierno lo vi jugar basquetbol en el recreo. Me llamó mucho la atención la forma como lanzaba el balón. Pensé para mis adentros: sólo un niño zurdo podría hacer esos tiros o esos dribles. Yo no tenía en el salón a ningún niño zurdo. Todos escriben con su mano derecha, juzgué. Cuando concluyó el receso, esperé a la clase de pie junto a la puerta del salón. Una vez que todos estuvieron dentro, llamé a José Abel al patio.
Sobre el cerco de matorrales de la escuela, la que colindaba con un lote baldío, coloqué una botella de vidrio. Le pedí a él que tomara una piedra y se la tirara a aquella botella. Mis sospechas eran ciertas, tomo la piedra con su mano izquierda y la lanzó con una precisión envidiable al centro de la botella. Emocionado por el descubrimiento, coloqué una segunda botella sobre el cerco y le volví a pedir que repitiera su lanzamiento. Los pedazos de vidrio volaron en todas direcciones.
Comenzó un largo interrogatorio de mi parte hacia él. Obtuve pocas respuestas comprensibles y satisfactorias. Pero me quedó claro que aunque escribía con la derecha, todas las demás actividades lo hacía como un niño zurdo: amarrarse las agujetas, hacer un tiro al tablero, esquivar a un compañero mientras jugaban a las atrapadas, sacarle punta al lápiz, borrar sus garabatos en el cuaderno… un sinfín de cosas hacía de manera diferente a sus compañeros.

Para leer la segunda parte de la historia, dar clip en: http://institutokng.blogspot.mx/2015/07/diestro-o-zurdo-segunda-parte.html  

Llegó el periodo de exámenes del tercer bimestre durante la siguiente semana y los resultados fueron desalentadores. Me dirigí a su casa una tarde fría de marzo. Me recibió su padre, quien era maestro rural, en una escuela bilingüe tzotzil. Le informé la situación académica de su hijo y le notifique la inevitable reprobación de José Abel.





miércoles, 1 de julio de 2015

LOS DESACUERDOS FAMILIARES EN LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS

Por Joaquín Campos Galindo

La madre asegura que su hija pasa pocas horas frente al televisor. La abuela, quien cuida de la nieta mientras la madre sale a trabajar, refiere lo contrario. “Hace berrinches cuando le niego ver sus programas”, señala la anciana mujer. “¡Para estar escuchando sus gritos e insultos, mejor le entrego el control en sus manos! Se encierra en su habitación y nadie puede interrumpirla”.
Cuando los padres salen a buscar el sustento, aumenta la necesidad de las familias de recurrir a parientes cercanos para el cuidado de los hijos. Si la situación económica fuera holgada, o se queda uno de los padres al cuidado de los hijos o se contrata el servicio de terceros. Pero la realidad es otra. Los costos en los productos de la canasta básica aumentan con frecuencia y los ingresos quedan reducidos.
El padre de Lorena falleció cuando era apenas un bebé. Su madre ha superado parte de esa pérdida y ha decidido rehacer su vida con Ricardo. La niña presenta afectaciones emocionales y ha encontrado la forma de envolver a los tres adultos en ese torbellino de desconciertos. La abuela ha cedido a sus caprichos. La madre le cree a su hija cuando cuenta su versión de las cosas. Ricardo es cariñoso y atento con la niña. Él está muy interesado en los avances académicos que pueda tener la niña. Pero tiene la desventaja que lo descalifica ante los demás familiares, sobre todo con los parientes paternos: no es el padre biológico.
Cuando Lorena se le hace tarde para ir a la escuela, la abuela y la madre evitan la pena de dar la cara ante las autoridades educativas y solicitar el ingreso. Si alguna de las dos tiene la oportunidad de viajar y visitar a otros familiares, Lorena va con ellas. Cada vez que la niña se niega a hacer la tarea, discuten con ella, y los logros al respecto, son casi nulos.
El corazón de la madre se conmueve ante los lloriqueos de la hija. La abuela se torna en la reportera de los espectáculos de la niña cuando vuelve la madre del trabajo. La niña le toma rencor a la abuela y la madre se sienta a charlar “seriamente” con la hija. Llegan a un acuerdo sobre su comportamiento y se pone a hacer sus tareas escolares, las cuales deja a medias porque se cansa a los cinco minutos. No hay penalizaciones por su conducta en ausencia de la madre. La abuela se molesta y eso la ha orillado a dejar hacer a la niña lo que le plazca.
Lorena tiene serios problemas académicos y peligra su acreditación del curso de 3er. Grado de primaria. Ricardo convenció a la madre de enviar a Lorena a Terapias de Aprendizaje. Ahí hace la tarea y trabaja con actividades de habilidad verbal y pensamiento lógico matemático. Realiza actividades de concentración y recibe estimulación para mejorar sus habilidades de lecto-escritura. Al finalizar la sesión, sus padres reciben un reporte de trabajo y comportamiento; además se les indica las áreas para trabajar en casa y favorecer con ello a su crecimiento académico.
La niña ha avanzado poco por diversos motivos. La siguen consintiendo en lo que pide para vestir, comer o hacer por las tardes. Cuando puede faltar a la escuela, hace el esfuerzo para que no sea un solo día. Falta a las Terapias de Aprendizaje con frecuencia. Esto fortalece su chiqueado ímpetu para hacer las cosas. Se requiere propiciar en el entorno familiar un dialogo profundo, que genere una conciencia sobre la situación que se vive con la niña.
La familia necesita detenerse un momento y sus miembros deben poner sus mejores intenciones sobre la mesa de dialogo. Lorena sabe que todos discuten en torno a ella. Sabe que quien se enoja pierde; y ella elije ser mimada por aquel adulto que somete a los otros tras los jaloneos verbales. Ha descubierto que su mejor arma es taparse los oídos y esconderse de las discusiones; y lo más interesante del caso, es que sabe cuándo utilizarlo. Es más, sabe que si comienza a lloriquear, sacará mejor provecho.
Es necesario incluir a Lorena en la rutina de los deberes domésticos: que ordene sus útiles en la mochila y que guarde los juguetes; debe hacer su cama, colocar los zapatos en su lugar, guardar la loza menor, poner los cubiertos y las servilletas en la mesa. No está demás ponerla a regar las plantas de las macetas, recoger las hojas que caen de los árboles del patio, entre otras actividades más. Aunque lloré, aunque se ensucie, aunque se moleste y haga berrinches, la familia no debe doblegarse ante sus lloriqueos.
Alguien debería decírselo a la familia. ¿Usted lo haría?




jueves, 25 de junio de 2015

Educando para la Vida - 2

Por Galdino Enríquez Antonio 


Estoy seguro que los directores, maestros y todos aquellos que están en el proceso educativo de los niños en México, están poniendo de su parte para que se logre una educación de calidad, una educación para la vida, como dijera Ortega y Gasset.
Estoy orgulloso de uno que otro de mis maestros, de aquellos que aprendí grandes y fantásticas verdades. Pero me queda una duda, llevo clavada una espina: ¿Qué habría pasado si todos hicieran lo mismo? Formarían individuos de calidad, quienes buscarían la convivencia y la paz social.
Es necesario que se convenza al hombre que es un ser humano, que siente, que tiene corazón, que es siervo de Dios y amigo de la humanidad: estos son algunos cometidos de la verdadera educación. Sin embargo, la violencia que se vive y los alborotos sociales que nos rodean ponen en tela de juicio, lo civilizados que paceríamos ser.
Te asaltan en las esquinas, te torturan a la vuelta, te estafan en las cajas de ahorro, te secuestran en tu casa, te quitan el asiento con boleto en mano, te engañan en todas partes y no sabes que hacer. Y todo porque la economía de mercado dicta los paradigmas de la actualidad; los dueños de los medios de producción manejan a su voluntad los destinos de las nuevas formas de esclavitud.
La calidad de una educación para la vida no se alcanza tan solo en las aulas, se logra con el paso por la vida. Ese paso queda suspendido en el trance corrupto de una huelga, de un plantón, de un mitin, de un cierra al paso vehicular, ¿de dónde lo hemos aprendido?
Nuestra educación para la vida queda truncada en la tragedia infame de un asesinato político, de un derecho no acatado, de una verdad negada, de una transición llena de farsas, de un cheque sin fondo, de una paz no disfrutada, una paz que se funde en el clamor de chicuelo sin padres.
Una verdadera educación para la vida provoca un cambio de programación en la pantalla chica y no en una valoración punitiva. Promueve una transformación en la manera de informar a la sociedad, no en la apertura de cadenas de televisión abierta. Busca acabar con el trillado dicho de “el que no tranza no avanza”. Pretende erradicar la Ley el Menor Esfuerzo.
El azadón es una herramienta para los agricultores, no para los dueños de los medios de producción, mucho menos para los políticos. Por esta razón, una verdadera educación para la vida, impulsa una adecuada y verdadera distribución de la riqueza. De esta manera, cada familia alcanzaría dignidad, y se lograría el bienestar que sus miembros necesitan. Consecuencia: calidad de vida, calidad de educación, calidad laboral, calidad de ánimo, etc.

Educando para la Vida - 1

Por Galdino Enríquez Antonio 

Como en otros ámbitos de la vida, en materia educativa se desea, se busca tener calidad. Todo ser humano se preocupa por alcanzar una calidad de vida, por encontrar un lugar que le permita ser, por descubrir una excelencia que le otorgue un nombre.
Un Estado, una Nación sin educación de calidad es, un Estado que marcha hacia la decadencia democrática. ¿A quién le corresponde, entonces, trabajar para conseguir una educación para la vida? Es una tarea de todos: sociedad civil, gobiernos, instituciones educativas, familias, medios de comunicación, instituciones religiosas.
En las primeras décadas de este siglo, es fundamental tener calidad en cada área de la vida, si queremos prevalecer en el milenio. La gente busca y a veces encuentra calidad. En el campo, en las fábricas, en los comercios, en los estudios. En todas partes se ansía, se necesita calidad. Cómo alcanzar calidad en todas esas áreas nos lleva a tener un sinfín de reflexiones.
Si habláramos de calidad en educación, alguien nos diría que la disminución del alfabetismo, nos acerca a la calidad. Otros considerarían que al aumentar el número de alumnos en las aulas, es llenar de calidad al Estado. Unos más señalarían que la apertura de nuevos centros de enseñanza, nos conduce hacia la calidad.
Se cree y se presume mucho lo que se está ocurriendo en torno al Sistema Educativo Nacional en nuestros días. Si es cierto, nos proveen de aulas nuevas, nos motivan con desayunos escolares, nos invitan con becas, nos proporcionan útiles escolares, nos llaman con libros de textos gratuitos y hasta nos proveen de equipos tecnológicos, como tabletas y computadoras. Señalan que la Reforma Educativa es la más importante de las reformas; yo diría que en el fondo es una reforma laboral docente. El trasfondo lo desconocemos muchos.
Sí, todo esto es necesario; en hora buena para los que permiten que esto sea una realidad y no meras fantasías. Los números nos permiten ilusionarnos con ello. Además, la cantidad de material didáctico proporcionado a los docentes es, en su mayoría, de muy buena calidad y presentación. Pero…
¿Se ha alcanzado una educación de calidad? ¿Se tiene ya los resultados preliminares de la actual política educativa? Completaremos pronto la primera mitad del sexenio.

Para leer la segunda parte de esta texto, dar clip en: http://institutokng.blogspot.mx/2015/06/educando-para-la-vida-2.html


Otras lecturas:

miércoles, 17 de junio de 2015

APROBAR O NO APROBAR

Por Joaquín Campos Galindo

Fue al final de mi primer año de trabajo docente. El director de la escuela dio las indicaciones para el llenado de la documentación de fin de curso. En ese momento comenzó para mí, un calvario que no quería recorrer, pues tuve en el año lectivo un alumno con las cualidades perfectas para repetir el curso escolar. Pero me aterraba la idea de reprobarlo.
Era un alumno de 5º grado de primaria y con frecuencia erraba en los ejercicios de aritmética: suma, resta, multiplicación y división. No lograba resolver los problemas matemáticos sin la ayuda de alguien. Cuando leía, lo hacía casi deletreando; no respetaba los signos de puntuación. Tenía una caligrafía espantosa. Me reservo compartirles la calidad de su ortografía. Era un caso desesperante para mí.
Me encontraba entre la espada y la pared. Si lo reprobaba, ¿cómo podría mirarle a los ojos a su familia? Vivían a tan solo dos casas frente a la escuela. Si lo aprobaba, ¿cómo explicaría su presencia en el 6º grado con semejantes deficiencias? Me sentía culpable por los pocos logros que obtuvo en ese año. Pero me reconfortaba repitiéndome que los maestros anteriores tampoco hicieron su trabajo.
En muchas ocasiones platiqué con la mamá sobre los avances pobres de su hijo a lo largo del ciclo escolar. La señora dibujaba una sonrisa en los labios y me decía: “Verá que si va a mejorar mi chaparro. Es un buen niño.” No sé dónde veía lo bueno, porque en conducta o disciplina académica, no miraba avance alguno.
Decidí reprobarlo. Un nudo se me hacía en la garganta mientras llenaba la boleta.  Recordé varios momentos con él durante el ciclo escolar. Era un buen jugador de fútbol. Cuando lo molestaban sus compañeros, su espíritu alegre no se doblegaba. Sus grandes ojos aceitunados hacían lucir su sonrisa cuando algo lo hacía feliz. Fue el alumno más destacado que tuvo la escuela en el Encuentro Educativo. Sólo lo vi llorar una vez; fue cuando sus compañeros se subieron en bola sobre su menudo cuerpo y le sacaron el aire.
Después de llenar el anverso de la boleta, me dispuse a vaciar las calificaciones. Pero una extraña sensación de miedo, angustia, o no sé de qué, me hizo levantarme frente a la máquina de escribir y tomar el borrador de la boleta en mis manos. Salí de la pieza y caminé por las calles de la población. Luego decidí ir a la casa del alumno. Cuando llegué, la mamá estaba sentada en un taburete junto a la puerta, y a un lado la abuela del niño en su sillón.
Después de saludar, le pedí a la madre hablar a solas con ella y no me concedió el privilegio. Con mucha pena le mostré el borrador de la boleta y le dije que su hijo reprobaría el año escolar. No supe que hacer cuando sus lágrimas rodaron por sus mejillas y sus argumentos laceraba mi espíritu angustiado.
-          ¿Cómo le diré a su papá? ¿Dirá que soy una mala madre? ¿¡Qué no estoy al tanto del niño!?
No recuerdo las otras preguntas ni los demás argumentos. Tardó algunos minutos en desahogarse. No supe decirle gran cosa. Al final, entre sollozos, la mujer me prometió poner al día al chiquillo. Que no sabía cómo le iba a hacer, pero que en el verano ella de hacía cargo. Que no me preocupara de nada.
Hace algunos años me encontré con el alumno más brillante de aquella generación. Le fue mal en la universidad. Dejó trunca su primera carrera y en ese momento tenía dificultades para concluir una ingeniería. Platicamos de los momentos gratos de aquel año y pregunté por varios de sus compañeros. Me dio razón de ellos, muy interesantes por cierto.
No pregunté por aquel niño que estuve a punto de reprobar. Sin embargo, a mi interlocutor no se le pasó y me dijo: Él es un Contador Público y trabaja como tesorero de una Presidencia Municipal.

Cargué por muchos años la pena de haberlo aprobado, pero creo que la mamá si cumplió con su palabra. Hizo en aquel verano lo que me prometió.


Leer ¿DIESTRO O ZURDO? – Primera Parte http://institutokng.blogspot.mx/2015/07/diestro-o-zurdo.html
Leer LOS DESACUERDOS FAMILIARES EN LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS http://institutokng.blogspot.mx/2015/07/los-desacuerdos-familiares-en-la.html

lunes, 25 de mayo de 2015

DÉFICIT DE ATENCIÓN O DESATENCIÓN

Por Joaquín Campos Galindo


Marcos es un niño de 8 años, con quien trabajo un par de horas por la tarde, fuera del horario escolar. Cuando realiza alguna actividad académica, se distrae con suma facilidad. Algún ruido que escucha desde la calle lo hace buscar el origen del mismo. Un ave que canta en el árbol del patio de la casa, le llama la atención. Un murmullo que hace otro niño en la cercanía o lejanía, lo perturba.
Lo que esté haciendo su mamá en la cocina; lo que hace el compañero en el otro extremo del salón de clases; lo que el maestro le indica a una compañera de forma individual, lo distrae. Casi todo lo desvía de lo que está haciendo, ya sea una actividad escolar o una actividad doméstica. Su maestro de grado y sus papás, no saben ya que hacer con él.

 Leer ¿DIESTRO O ZURDO? – Primera Parte http://institutokng.blogspot.mx/2015/07/diestro-o-zurdo.html

Cuando nada en derredor suyo le llama la atención, él llama la atención a otros dejando caer su lápiz al piso, pidiendo permiso para ir al baño, hace una pregunta con o sin relación con el tema tratado, comenta con otro compañero lo que hizo o está por hacer. Si alguien opina de algo, él también quiere emitir su punto de vista.
Mientras trabajo con él por las tardes, lo observo realizar actividades, lo veo jugar, lo contemplo con la mirada perdida tratando de encontrar la solución al problema matemático que tiene frente a él. Lo pongo a leer; lee de manera irregular, pero retiene el contenido de la lectura. Le gusta platicar sus vivencias. Se interesa por temas que chicos de su edad ignoran. Tiene una sonrisa amable, noble y sincera. Tiene sueños e ilusiones.
Lo observo y percibo algo diferente en él. No es el niño distraído que podrían diagnosticar con déficit de atención o hiperactivo. No veo un chiquillo con problemas de aprendizaje. Veo un niño que ha sido etiquetado por el maestro. Veo un infante con deseos de aprender, que es inteligente y que tiene buena retención. Veo un niño de ocho años que reclama atención.
Marcos pide a gritos ser atendido por su maestro. Que sea escuchado por sus padres. Necesita un poco más de cariño. Quiere que le expliquen hasta que todas sus interrogantes se vean satisfechas. Sus compañeros no lo entienden porque él es diferente en sus curiosidades. Él necesita ser abrazado por sus seres queridos, apreciado por los adultos que significan algo para él.
La semana pasada Marcos llegó con los ojos llorosos. Me dijo que se cayó en el recreo y se lastimó la espalda. No dejó que le tocara el hombro porque le dolía. Su mamá vino a buscarlo esa tarde; no quiso mirarme a los ojos. ¿Alguien golpeo al niño? Le pregunte y no obtuve respuesta alguna. Marcos no se ha presentado a sus terapias de aprendizaje. No necesita las terapias. Lo que él necesita es atención, cariño, amor.
Hoy supe que el papá es un golpeador. Cuando bebe alcohol los maltrata. Castiga físicamente a Marcos y también a la madre. Platiqué con uno de sus compañeros y me confesó que el maestro también lo castiga con reglazos, coscorrones y jaladas de oreja.

¿Alguien sabe dónde vive? Porque se ha cambiado de casa y tampoco ha llegado a la escuela.

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lunes, 2 de febrero de 2015

ALIMENTOS QUE DEBILITAN AL CEREBRO

¿Qué le parece unos antojitos mexicanos para cenar hoy? Y de postre unos dulces tradicionales oaxaqueños. ¿No se le antoja una hamburguesa con papas fritas? Estos alimentos, ¿serán apropiados para el cerebro?

Por Joaquín Campos Galindo
                
Seguramente usted conoce de alimentos que favorecen al funcionamiento específico de ciertos órganos del cuerpo humano. Conoce, muy probablemente, de productos que son diuréticos; reconoce cuáles son los alimentos que son ricos en fibra o son antioxidantes; es posible que haya escuchado de productos para aumentar la masa muscular o para desintoxicar el hígado; incluso, ha de saber que la avena favorece a la disminución del colesterol en la sangre.

Pero… ¿sabe cuáles son los alimentos que fortalecen el buen funcionamiento del cerebro? ¿Ha escuchado cuáles son dañinos para la llamada “masa gris”? En esta entrega, compartimos con ustedes los alimentos que son perjudiciales para que el cerebro realice sus tareas primordiales. Veamos cuáles son estos alimentos:

Azúcar y endulzantes artificiales: Estudios demuestran que el exceso de azúcar, además de engordarnos, causa estragos en el hígado, trastorna el metabolismo, deteriora el funcionamiento cerebral, entre otras afectaciones. Además, la azúcar forma radicales libres en el cerebro y afecta la comunicación entre las neuronas. En muchas ocasiones, es causante de la llamada “niebla cerebral”.[1]
Donas glaseadas, chispas de chocolate, bebidas de sabor embotelladas, pastelillos, son productos que deben evitarse. Incluso encontramos buena cantidad de azúcares en frutas como el mango, o cereales como el maíz y el arroz blanco.

Mantequilla artificial: Muchos saborizantes y sustitutos de la mantequilla contienen diacetilo, una sustancia que puede dañar las neuronas. El diacetilo favorece a la aglutinación proteica en el cerebro que caracteriza al Alzheimer. [2]



Palomitas para microondas con sabor a mantequilla[3], varias margarinas,[4] incluso en algunas cervezas y vinos, son productos que contienen diacetilo para mejorar el sabor.


Alimentos muy salados: Una mala salud vascular, causada por dietas altas en sodio y falta de  ejercicio, puede estar relacionada con un rápido declive de las funciones cerebrales en la vejez, lo cual queda demostrado por una investigación publicada en Nature.[5] Pescado seco, quesos, embutidos, etc.

Comida rápida: Las papas fritas, las hamburguesas, o la pizza de delivery, entre otras comidas, pueden cambiar algunos procesos químicos en el cerebro, lo que conduce a los síntomas asociados con la depresión y la ansiedad. Esto lo reveló un estudio reciente de la Universidad de Montreal, en Canadá.

Embutidos: Aunque la carne es rica en proteínas de alta calidad, los especialistas en salud cerebral, aconsejan evitar el consumo de proteínas excesivamente procesadas, como las salchichas y otros embutidos.

El alcohol: Puede provocar lo que se conoce como "niebla cerebral", que sugiere una sensación de confusión mental y afecta a la capacidad de pensar con claridad, así como la memoria.[6]

El tabaco: Contiene nicotina, aunque no es un producto alimenticio, causa estragos mediante la restricción del flujo de sangre al cerebro.[7] El ocasiones, no necesariamente debe ser uno el fumador, incluso conviviendo con un fumador tiene consecuencias terribles para la salud en general.
Por último, agregaríamos los alimentos fritos, ya sean embutidos, carnes frescas, papas, entre otros. No deberíamos olvidar, tampoco, a la comida chatarra, como lo “chicharrines”, deben estar lejos de nuestra mesa… y qué decir de las harinas refinadas.

“Entre más naturales sean los alimentos, mejor calidad nutricional tienen. Hay que evitar alimentos procesados, con aditivos químicos (saborizantes, conservadores, colorantes, texturizantes, espesantes, etc.) y sobre todo, evitar “los cinco venenos blancos”: azúcar refinada, sal, harina de trigo blanca, grasas saturadas y lácteos”, señala la Dra. María Teresa Alderete, experta en Nutrición.


Leer ¿DIESTRO O ZURDO? – Segunda Parte http://institutokng.blogspot.mx/2015/07/diestro-o-zurdo-segunda-parte.html
Leer ¿DIESTRO O ZURDO? – Primera Parte http://institutokng.blogspot.mx/2015/07/diestro-o-zurdo.html




[1] Chen, Joanhe (2013). Mídete con el azúcar. Selecciones Reader’s Digest, No.868. México, D.F. Marzo de 2013, pág. 65.
[2] S/A (2013) Formas fáciles de mejorar tu capacidad cerebral. Ibíd. pág. 18.

[3] ALZHEIMER UNIVERSAL (2012). Alimentos que contienen diacetilo podrían provocar Alzheimer.  Recuperado el 25 de enero de 2015, en: http://www.alzheimeruniversal.eu/2012/08/11/alimentos-que-contienen-diacetilo-podrian-provocar-alzheimer/

[4] SIN EMBARGO (2014). 10 alimentos que no deberías volver a comer. Recuperado el 25 de enero de 2015, en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/10-alimentos-que-no-debes-volver-a-probar-1392147812
[5] BIENESTAR 180 (2014). Siete alimentos que dañan tu cerebro. Recuperado el 25 de enero de 2015, en : http://bienestar.salud180.com/salud-dia-dia/7-alimentos-que-danan-tu-cerebro
[6] ENTRE MUJERES (2015). CLARÍN. Los ocho alimentos que reducen tu inteligencia. Recuperado el 25 de enero de 2015, en: http://entremujeres.clarin.com/vida-sana/nutricion/alimentos-reducen-inteligencia-alimentos-nutricion-inteligencia-cerebro-colesterol-papas_fritas-embutidos-sal-alcohol-azucar-edulcorante_0_1025297571.html
[7]  Once alimentos que “te comen” el cerebro. Recuperado el 25 de enero de 2015, en: http://actualidad.rt.com/galerias/sociedad/view/109253-alimentos-matan-cerebro